Quienes sean designadas/os en las principales candidaturas federales y municipales, se ubican en línea directa a la próxima sucesión del Ejecutivo: las elecciones del año que viene son las que proyectarán a las figuras que podrán suceder a Mara Lezama en el Ejecutivo.

 

 

Por Luciano Núñez

Parecía que estaba lejos la sucesión 2027.

Que la gestión apenas comenzaba.

Sin embargo, el tiempo es implacable: las fechas todo lo alcanzan. Y pasa que hay momentos que, mientras estamos viviéndolos, no dimensionamos su tamaño futuro y su tránsito es un día ordinario.

De repente, con el paso de los días, comprobamos que esos días se agigantan.

El tiempo todo lo ubica y deja caer su peso para hacernos ver que, eso que nos parecía tan insignificante, no lo es.

Pareciera que estas dóciles semanas políticas no son más que esperar: que Marcelo Ebrard se decida: finalmente no hizo su pase a Movimiento Ciudadano; que se enuncien las candidaturas para Quintana Roo, que lentamente van tejiéndose y ya tienen a los perfiles más relevantes que marcarán, con toda seguridad, quiénes serán las figuras que estarán orbitando en la sucesión gubernamental de 2027, cuando Mara Lezama deje el Ejecutivo a un sucesor/a.

Marcelo Ebrard

Nombres que ya se instalaron

Eugenio Segura y Mario Delgado

Tres de esas figuras ya tienen nombre propio: Eugenio “Gino” Segura, secretario de Finanzas y Planeación, a quien pocos vieron llegar y acaba de tomarse la foto del “empowerment” con Mario Delgado, como si de una bendición morenista se tratara.

Aseguran que tiene, más allá del cargo, un espacio muy ganado en el primer círculo del Ejecutivo; el siguiente es quien seguramente será su compañera de fórmula, Anahí González, diputada federal, quien ha alcanzado más por calor oficialista que por mérito propio. Otra de las candidaturas del senado, por el Partido Verde, podría recaer en Pablo Bustamante, actual secretario de Bienestar, que ha concentrado su trabajo al ras de piso y su proyección hace pensar que iría para ese espacio.

Anahí González

Ahora bien, no menores son las cuatro candidaturas federales, una de las cuales estaría ya en manos del verdeecologista Juan Carrillo Soberanis, actual diputado federal y muy consolidado el organigrama verde: es delegado federal y ha sabido construir un espacio político. Su actuación será determinante en Solidaridad y Cozumel, donde Juanita Alonso tiene que sacar adelante su reelección y Estefanía Mercado intentará arrebatar Solidaridad a una Lili Campos que dará la batalla electoral con una destacada gestión de gobierno.

Con esos nombres arrancan las nominaciones federales.

Restan las candidaturas a diputaciones federales por Morena, que en teoría, debería representar una a la zona sur y, seguramente será mujer.

Aseguran que bien podría ser Cristina Torres. El distrito III lo disputa el PT, con Hugo Alday Nieto, en tanto Morena ha perfilado a Jorge Sanén como propuesta.

Municipales de peso

Ahora bien, de los nombres que rondan la sucesión, sin dudas, tocarán base en las principales candidaturas municipales. Como lo marca la historia más reciente, ser alcalde de Cancún tuvo muchos intentos por llegar a la residencia de la 22 de Enero, en Chetumal, mas la única que lo logró fue Mara; y si la reelección sigue consolidándose para Ana Paty Peralta, como va, también la pone en la línea de los pocos nombres que pudieran aspirar a la sucesión de 2027.

Ana Paty Peralta

Previsibilidad

Desde que las elecciones se han vuelto un trámite para la 4T en varios estados, la política se ha vuelto más que previsible, incluso, donde ha ido a parar el excandidato independiente Pedro Kumamoto: la fragilidad de la figura de las candidaturas independientes dejaron ver que ese espacio en México nació en orfanato. La praxis política ha demostrado su ineficacia y alto costo para quienes las buscan.

Sin embargo, en el tránsito político las sorpresas son también un factor. Alberto Fujimori no figuraba en Perú cuando fue candidato independiente y terminó siendo presidente del país, aunque después terminara preso.

Nadie creía tampoco que un simpático joven al que llamaban Betito terminara siendo gobernador, de la noche a la mañana, con las consecuencias que ello trajo para el Estado.

Roberto Borge y Félix González Canto

Su mentor, Félix González Canto, jamás ha admitido públicamente su craso error de cálculo y diseño político, con el único objetivo de encubrir su deuda pública, que pasó de los 1500 millones a los cerca de 10 mil millones de pesos, hasta alcanzar con su pupilo los 19 mil millones. Todas consecuencias de una sucesión fallida, por donde se mire.

Es por ello que, decía en una columna anterior, si Morena y aliados ponen en las candidaturas a perfiles con escasa formación técnica, además de ideológica, el aparato mismo (como un ser orgánico) hará que la máquina aplanadora de elecciones comience a ceder ciertos engranajes.

Por ello, será determinante la mano de la líder política en Quintana Roo para mejorar la base política y el rumbo de los perfiles que surjan para esta elección.

Según confirmaron desde el primer círculo, habrá mediciones y muy escrupulosas. Ahora me pregunto, ¿qué medirán esas encuestas?, muchas de ellas hechas por un aparato que se fundamenta en respuestas de whatsapp.

¿Puede medir ese indicador la capacidad de elevar la política quintanarroense? En ese sentido el tamiz deberá ser muy fino para dejar lo mejor en las boletas de 2024: como decía, de ello dependerá la calidad de figuras para la sucesión.

¿Seguirán ahí otras figuras municipales que cometen todo tipo de torpezas con tal de permanecer en una silla, que no saben ni para qué funciona? Aspirantes que deambulan por los pasillos rogando una afiliación para poder participar de nuevo ¿Acaso no tienen ahora la capacidad de demostrar con verdaderas políticas públicas lo que saben hacer?

Hubo un sexenio en el que Quintana Roo resultó un estado muy complicado para ejercer la más mínima de las libertades: la de expresión, la de la propiedad privada, la de los derechos humanos y de la justicia sin influyentismo. Eso pasó porque era práctico poner a quien sólo sabe obedecer para escalar y, desde esa efímera colina, ejercer venganzas, robos y atropellos.

Pareciera que estos días transitan dóciles, pero en el vientre ya traen una decisión que marcará ese mañana, que todavía no vemos, pero que está ahí, gestándose día con día.

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Luciano Núñez Es técnico en Periodismo y licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional de Catamarca, Argentina. Postgrado de Opinión Pública por FLACSO y diplomado en géneros periodísticos en La Salle, Cancún, e Historia de Quintana Roo en la Universidad del Caribe y Sociedad Andrés Quintana Roo. 

Trabajó en medios de comunicación de Argentina y México y publicó los libros Voces que Vuelven, Tan Lejos y Otra Vez en Casa y la novela Magnificens Cancún, editada por Miguel Ángel Porrúa

Fue director de Comunicación Social en Benito Juárez, Cancún y Solidaridad, Playa del Carmen.  

Actualmente es director general de Grupo Pirámide y Vértice.

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